No hay justificación para esto que escribo. Adelante:
No es cierto lo de mi corazón.
De pie, frente al reflejo de mi corazón
A tras luz, en un charco de estrellas,
Caen mis lágrimas abundantes de palabras,
Caen cometas espantados por mi vida
Fugaz, por la muerte que nos salva.
Traigo letras para versar sobre algo
Que me ayude a bien morir,
Traigo un tiempo circular que gira
Sobre su mismo centro y se pierde
Y no se encuentra por más que sepa dónde está.
No traigo nada.
Tal vez silencios insoportables,
Noches de soledad y en la soledad un alma muerta,
Alguna risa histórica que rueda infinita,
Un montón de flores inventadas
Y los falsos amores de todos los días.
Traigo todo para aventurarme
A un mundo inexistente
Descubierto en una mirada cerrada.
Hago lo que puedo en este fluir de silencio
Hasta que mi corazón a tras luz
Se cansa de mirarse en un charco de estrellas.
No es cierto lo de mi corazón.
Espere un poco…
Y mientras tanto veo desde las alturas del edificio
Cómo corren letras altivas por mi sangre
Y me tiemblan un poco las piernas,
La gente que camina por su vida inventada,
Los coches empolvados sin manos,
Los árboles puestos a secar al aire libre en una tierra desierta.
Sigo en la espera.
Qué mal y triste resulta esperar a las cinco de la tarde
Cuando muchos salen hastiados de su trabajo
Y las oficinas se quedan cerradas con tantas llaves,
Qué soledad la de los aviones a medio cielo
Esparciendo su sonido entre las nubes.
Todo se mira triste
(Quizá he visto pocas tardes como ésta).
Si escucharas el ruido constante del agua
Que cae violentamente sobre el prado
Y miraras detenidamente sus vueltas
Tantas como estrellas
Y las contáramos todas,
Jurarías que estamos locos los dos
Y no tendría ningún caso escribirlo.
Son varias horas transcurridas
Y las lámparas se encienden poco a poco,
El cielo medio gris hunde las horas,
Las ramas cenizas de los pinos resguardan las últimas aves,
El aire, suave, diluye los cantos finales:
Los cláxones, las palomas, el agua;
Mi brazo tiembla y tengo hambre y viene el frío
Pero es mi turno, la espera termina, y ahora,
Que puedo sentarme,
La luz de la pequeña oficina termina con mis palabras.
3 comentarios:
Me gustó "Espere un poco". La situación de la espera es una recurrente cuando empezamos a escribir poesía. Siempre andamos buscando algo, alcanzando algo, esperando algo. Al final, la espera es lo que mejor podemos llegar a hacer cuando acopiamos un poco de paciencia.
Me resulta agradable el ritmo de este texto en particular. Se sienten pequeños cambios, pero en general, el texto conduce hacia el final irremediable de la espera que se acaba.
Siga trabajando Melqui. Ya ha conseguido "Pollito Card" de Luis Daniel Pulido. Es poesía en prosa y resulta muy agradable.
Saludos.
Bonito escrito y sincera relación con la existencia tan carente de humanidad en la vida, en fin es critica sin mas… que le vaya bien y siga así, muy bien gusto leerle. Suerte. Gracias por el comentario
Saludos, Melqui, desde Tuxtla. Sigue trabajando. Cuando llegue la poesía, que te encuentre escribiendo.
Un abrazo.
Lalo.
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