lunes, 19 de mayo de 2008

Una aproximación más a la poesía


Este conjunto de palabras fueron escritas, en su momento, con tinta roja. De ahí su título. Bueno, si algo tienen qué decir, hablarán por sí mismas. Quizá sean amorosas o simplemente inclasificables.


Con rojo

Te escribo con este rojo escurridizo
porque no tengo otro color
quizá si busco, encontraré analogías,
como el rojo palidito de tus labios
como las tardes de rojo cuando cae la noche
y te pienso interminablemente
hasta que tu nueva luz de alba me ilumina,
el rojo, símbolo de la pasión,
de esa pasión que no hemos concluido
y que construimos a veces con miradas,
de la pasión como acto cumbre
y como demostración de un amor clandestino
de todos los sentimientos que no hemos dicho
y de mis sueños cuando sueño contigo.

Y te sigo escribiendo con este rojo
no tan patriótico como el color de la bandera
ni tan abrumador como un sol ardiente,
pero al fin y al cabo nuestro rojo,
es el amor el que nos escribe.

Dibuja en mi boca
corazones con el rojo de tus labios,
lléname el corazón
con tus besos que son disparos de azúcar.

A estas horas de la noche
cuando la lluvia ha cesado
no he podido dejar de extrañarte,
aquí
en este ruido de puertas entrecerradas,
con los sonidos de pequeños radios mal sintonizados ,
con los tic tacs desesperantes del reloj
y con el frío
y Yo mismo,
sin Ti
Soportándome.

La mitad del mundo duerme,
los búhos comienzan su festival nocturno
el amor florece por las calles
Y Yo, encerrado en mi cuarto,
con un llanto seco en el estómago
y la imaginación repleta de ti
he terminado de escribirte con rojo.

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