domingo, 18 de mayo de 2008

Otros textos

He aquí unos textos más. Las palabras son producto de una sensación permanente y muchas veces fluyen sin permiso, las noches se convierten en círculos sombríos o en olas de arcoiris. En fin:

Uno hace algo

Estoy cortando pedazos de manzana
Para remendar mi corazón,
El aire de los libros me sirve
Para vivir decentemente,
No me hace falta el alcohol
Ni el cigarro ni la soledad,
Con fibras de silencio
Construyo poco a poco mis palabras,
¿Será bonito escribir
Que me duelen las rodillas?
Es el frío y la silla y el tiempo,
Es mi mente llena de recuerdos
De páginas heridas que no cierran
Y de cosas absurdas que me ponen intranquilo,
Sigo los consejos de Mozart
De hacer trizas el silencio
Y buscar el arte en algún lado:
En la ventana del cuarto de enfrente,
En la lámpara vieja que anida pájaros
Y alumbra sólo un rincón del edificio contiguo,
En las sombras que traspasan paredes,
En la historia que no hice
O en la vida incompleta que relleno con trocitos de poesía.


Abriendo los ojos

Desperté de un sueño triste, largo,
Con sabores a todos lados de mi piel
Y los ojos mirando el subconsciente,
El día apenas creado por la luz,
La ventana fría y pálida y seria
Reflejaba un tiempo húmedo:
Acababa de llover.
Y vi fantasmas levantarse de las banquetas,
Señoras limpiando el patio,
Perro siguiendo algún olor con el hocico.
Yo estoy hastiado de mañanas sin sabor como esta,
Huída de pájaros dejándola en soledad;
Frente a mi sigue un árbol de jacarandas sin dormir
Con sus flores estacionarias emergiendo de las ramas;
Junto a mi están algunos libros viejos
Muertos de palabras rebuscadas, autobiografías
De superhéroes literarios; no me preocupo por mirarlos,
Se puede vivir sin ellos, sin nada;
Mi primera decisión es mover el cuerpo como si se despegara
Igual que un gato fastidiado en el sofá,
Pero igual que una tortuga, me encuentro en un desierto
Seguro de hallar Agua en el Camino.

Sin dedicatoria

He visto tus brazos perfectos morenos delicados
al sol cuasi costeño en que nacimos,
el viento frente a ti se aquieta silencioso
reverente y envidioso de tu aroma.
Despierto a veces con tus ojos caribes
tu par de lunas eternas
llenan mis nocturnas huellas,
más allá de mi y de ti el mundo sobra,
eres el agua musical caudalosa
la planta breve de la vida,
la estatua de marfil imaginada por dios.
Ávido de palabras cantadas
De días desesperados volando por ti,
en medio de la ciudad estética de piedra,
sale el agua, tu rostro que se pierde de tan dulce
entre los pensamientos y alegres recuerdos.
No es delito concretar mis inquietudes
O mis pesares ocurridos anteriores.
El eclipse se acabó.

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