jueves, 15 de mayo de 2008

Aportación propia

Estas son algunas palabras que escribí y que posiblemente tengan poco de poesía, sin embargo, las letras en conjunto dicen más que uno. Es algo como una carta de amor en la que quizá no se aterrice en nada. La dedicatoria es: Para una mujer desconocida.

Palabras escritas sin receta
Nuevamente la hoja en blanco
Con su blanca cara diciendo algo,
No sé, talvez la imposibilidad de mirarte,
Las ganas de encontrar alguna buena frase
una secuencia de palabras que resuma la esencia de tu ser;
pero suele suceder que es una fantasía,
otro logro a medias que vislumbran mis sueños,
(aunque no me guste la palabra vislumbrar);
la noche de hoy es abismalmente silenciosa
y no tengo nada de mí con qué nombrarte
ni una línea de luz
o algo para llegar hasta donde estás;
y luego surge la poesía
con la ola de recuerdos y de sueños que acarrea
y se lleva a uno, lo arrastra,
utiliza mis manos para dibujarte con signos,
estamos lejos, lo sabes,
este es un rencor que traigo contra nadie
porque nadie, mas que yo y un poco el destino,
somos quienes interrumpimos esta idea,
la única idea de amarte;
hasta el momento creo haber perdido algo de romanticismo
o la poesía me esté dando la espalda,
pero a estas alturas nada de eso importa
me olvido de las rimas, de las cacofonías
y hasta me río de ellas en silencio
poco me interesa
solo busco alguna buena frase
que te haga sonreír pese a la distancia
y sabes, tampoco me preocupo por las comas,
es más, no pienso detenerme en ningún punto,
date cuenta que te escribo
al menos por un ligero presagio,
con el gato que se subió a la alacena y tiró los panes
o los pájaros que cuchichean en el árbol cerca de tu cuarto,
pon tus oídos cerca de la almohada para escucharme,
intenta pensar en nada y quizá me encuentres;
te mereces más y no deberías soportar estos cambios de ritmo
que a mí mismo me parecen ridículos,
siempre he tenido miedo de ser cursi
y creo que estoy cayendo en su juego de palabras,
ellas me traicionan y en vez de construir
me van aniquilando poco a poco
me desvanecen cuanto más las escucho,
quisiera además encontrar alguna música
pero mi lado eternamente pesimista
se hastía de decirme que no podré,
entonces, no sé como llegar,
con dios ya no nos llevamos muy bien
pero talvez él te diga algo
o no sé, un sueño con quince segundos donde aparezca en escena
o un libro interrumpido
por dos o tres letras mías...


El día que se acaba
El día envejece,
Trato de dibujar, mientras tanto,
Algunas letras entendibles,
Simples, letras cualquiera,
Que digan algo o nada
Sobre la vida, la mesa,
El dinero, un libro,
Un canto en algún rincón,
Sonetos huracanados
Fotos olvidadas
Que dicen más que yo,
Cosas del pasado
Que inventamos,
Un sueño premeditado
El mañana incierto y frío,
El desayuno, la gente,
Los radios a todo volumen,
Los árboles callados
Un libro callado
Una mirada desabrida
Una mujer papel
O el ajedrez desaparecido.

La vida es tan simple,
Llena de puertas secretas
De corazones abandonados
Recorriendo las calles,
De poetas con bocas en las manos,
De animales que sufren
Gatos sentimentales
Y tecolotes amargados.

El tiempo es un constante girar
Un viento que envejece
Una cosa que oxida
Y oscurece y mata.


La mujer de allá
Con la mujer de allá
Me hice de otra vida
Una menos miserable,
Tiene los ojos dulces
Todas las noches
De oscura soledad,
De gritos de fantasmas
De maullidos de gatos.
Con la mujer de allá
Dormí alegre y desperté
El peor de mis días sonriendo,
Construí versos escudo
Cuentos espada
Y me puse a vivir.

Sin Ella, las tardes
Eran solo pájaros escondidos
Cielos a punto de oscurecer,
Conversaciones triviales
Horas desgastadas,
Hoy, son nubes café
Y vida y poesía.

Pero Ella sigue allá
Hay tanto aire entre nosotros,
Mucha basura,
Tantas noches
Y miradas y versos,
Y son tantos,
Que resulta
Una catástrofe
Intentar describirlos
En estas pocas letras.

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