Te gusta perderte por las calles de la ciudad
juegas a eternizar con palabras lo que alcanzas con los ojos
(éste no es tu mundo, ésa no es tu ciudad);
vas haciendo grandes tus sueños de bajo presupuesto
buscando algún editor que publique tus poemas, tus cuentos
(nadie los quiere, por cierto);
deberías estar golpeando duro a la soledad con tu vieja máquina de escribir
construyendo tu pequeño universo con tragos de cerveza
deberías estar alimentado al pájaro azul que vive en tu corazón
o mirando mujeres desde tu ventana del sexto piso;
si doblas a la izquierda, al terminar la calle, encontrarás la fama
a la muchedumbre memorizando tus versos
ahí estarán los críticos, las antologías, los premios
serás el mejor cotizado de los poetas malditos;
lástima que por ahora te conformes con deambular, con perderte;
lástima que falta más camino para que multipliquen el tiraje de tus libros;
porque solo la muerte puede acompañarte
a terminar la calle
y doblar a la izquierda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario