El sabor del amor en tu piel
He hallado el sabor del amor en tu piel,
en tu cuerpo la imagen de un verso perfecto
y las notas de una tierna canción en tu olor de mujer
que convierte los cielos en mares de estrellas y besos.
Te miro en el café de una tarde con lluvia
y aún entre espinas de frío te siento,
tienes en tus ojos más luz que la luna
y las manos más suaves que el viento.
En mi loco andar por el mundo me acompañas
y veo tus huellas suspendidas en el tiempo,
entre líneas imaginarias te mando rosas y dalias
hasta acabar con la distancia,
con tantos kilómetros de silencio.
No me entretiene la radio ni los anuncios comerciales,
me gusta más pensarte y amarte cuando sueño,
hacerme invisible para tatuar poemas en el aire
y construir, con tu corazón y el mío, nuestro propio Universo.
Te olvidaré cuando no sepa nada más de mí,
cuando no queden más estrellas en el cielo,
mentiré a mi soledad que estás conmigo
y a la vida haré creer que soy eterno.
Estoy perdido en la realidad con un reloj en la mano,
el tic tac de mi corazón se hace más lento,
deambulo en un gran laberinto hecho de humanos
como alfil encasillado en un espacio sin tiempo.
Navego entre oleadas de sombras,
caigo al precipicio de la nada,
y cuando alcanzo tu luz, lejana,
hallo la paz que me reaviva el alma.
Mi intento por reanimar mi vida con palabras,
con las letras que haces crecer en mí,
es hoy la única manera de nombrarte
y describir la belleza que Dios hizo de ti.
Soy otro pasajero en el tren de la vida
y en alguna estación volveremos a vernos,
talvez nos digamos ADIOS o nos amemos
y hagamos, con tu corazón y el mío, nuestro propio universo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario